miércoles, 12 de octubre de 2011

Quien no llena su mundo de fantasmas,

se queda solo.

Ricardo Porchia

me gusta la idea de los fantasmas

la incertilumbre de su ausencia

la imposibilidad de su abrazo

sombras parcas, tenaces, nuestras


humanos

fantasmas


el viento, la niñez, el tiempo

los espejismos y el horizonte

mi espíritu y mi cuerpo inventado


son fantasmas


lo que quedó fuera del libro

todo lo impronunciado

mi genealogía

la muerte propia y la vida prestada


es un fantasma


la ropa incorpórea

una gotera en una casa de chapa

el chirriar de una puerta

todos los versos perdidos

y los sueños que nunca inundan este lado


son fantasmas


la tenue luz de los faroles doblados

lo que no entra en la boca de una mirada

el polvo de los caminos que no pisamos

mi sombra que no envejece

el fósil de una huella

una película velada


es un fantasma


todo lo que reproduce la técnica

un disco, un libro, un clon, un espejo

una fotocopia

tu sonrisa

un abrazo


son fantasmas


las viejas fotografías

los secretos nunca contados

las cenizas de un incendio

un recuerdo de algo que nunca vivimos

la voz de alguien querido

hace tiempo

olvidado