jueves, 17 de marzo de 2011

Cuestión de fe

No digas nada Manuel, pero parece que la Delfina perdió el alma por un viento mientras colgaba la ropa. Me lo dijo la Marga que dice haberla visto robando sus jazmines nuevos. El almita cantaba como un jilguero Manuel, ¿lo creés? La pobre Delfina se anda quejando por ahí; ni penar puede ahora que está como la ropa en la soga, vacía y mojada la pobre. Yo voy a ir a buscarla con el Joselo a ver si por verlo se le inundan los ojos y le tiembla el vientre y el alma le vuelve por fin al cuerpo.