lunes, 21 de septiembre de 2009

Don Juan
(El hombre más triste del mundo)


El cielo se puso a llorar
y él se largó a llover.
La tristeza corría líquida por Buenos Aires,
barría las calles y era justa con todos.
Como Juan que era cada vez más triste
cuando el cielo le sonreía rojo de dientes,
con una sonrisa azul de boca dorada,
con una sonrisa dorada de boca azul.
Sea como que con sol o con noche
Juan llovía como nubecita triste.
Como nubecita triste llovía porque
una mujer lo amó en su lecho de muerte,
la muerte lo amó tanto desde joven en su cuna de miel,
la luna lo amó con un amor gris que le entibió la sombra,
la sombra pálida lo amaba muerta de vergüenza y de dulce luz.
Se entregaba como sábana sucia por unas pocas monedas,
que eran en realidad como soles simbólicos
porque en verdad amaba a Juan.
Los ojos de Juan eran dos alcauciles,
dos agrios corazones mojados con migas de pan.
Una vez una mujer,
que era pobre y triste como Juan,
comió de sus ojos
migas de Juan,
que eran saladas,
como su cuerpo,
como su lluvia,
como la boca de Juan.
Esa mujer brilló y se apagó,
triste, fugaz como estrella
en los dos corazones de Juan.
Quisiera saber cómo apagar esta tristeza,
esta pena de Juan,
este Juan que todos lloramos
y todos llevamos dentro.
Quisiera que el mundo
no fuera tan Juan como Juan.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Pasado por agua

El pasado está amarillo.
Un viejo es apolillado como un libro.
Vamos por todos los mientras:
mientras dure,
mientras tanto,
mientras estemos.
Seamos
que en mis páginas,
en mí,
no entras más
pasado de foto descolorida.
Foto que tiene la marca del ojo del tiempo.
Quiero el tiempo que se olvida en el ojo de un niño,
el que se quiebra la cintura en el centro de un reloj de arena.
Vivo en presente, vivo en gerundios:
Palpando, gustando, oliendo, mirando.
Ando mejor así: conjugado en puro ahora.
El presente
es una mariposa olvidando su alas de polvo en el día.
Siempre odié a los cazadores de mariposas.
La belleza es hermosa porque no dura,
como no dura el vino en tu vaso,
como no dura el verde marino en los olivares,
como no dura la estrella en la corriente del río,
como no duran las hojas del poeta griego
pero sí duran sus versos y el tiempo mítico,
también el río en su corriente canto de cascabeles,
sí dura el gusto del vino y el deseo de tomarlo,
y la uva circular de llanto
violeta impresa en un poemario
o el aceite que juntos quemamos
en noches impúdicas,
entre sueños alados,
entre nubes de sueños,
entre alas de algodón.

domingo, 30 de agosto de 2009

Salud

No, no te vayas no,
que tengo todavía
algo que decirte.

Vení, acercate acá,
escuchame un poco:
nos debemos unas
cervezas rojas,
unas palabras caseras
ya sin casa,
ni cama, ni calma, ni miel.

Sabe algo:
sabe que tengo unas ganas locas
del corazón arrancarme
y darle al mundo algo de mí,
algo que me lleve y
lleve mi nombre,
algo que las penas valgan
y se despenen un poco,
las pobrecitas.

Sabe que afuera el mundo late
y su corazón es una rueda:
ponete a girar con él,
yo ya estoy girando.

Y sabe más:
¡sabe a naranjo che!
Sabe que sós libre,
si libre querés ser
o crees serlo.

Yo te quiero y
me quiero alegrar con vos,
si te cruzo en la rueda.

Yo principio, vos fin.
Principio vos, fin yo.

Buscame si querés,
perdeme:
que me encontrarás
no se si alcanzándome.

Alto brillaremos.
Signos en el cielo.
Brújula y estrella.

Bajos brillaremos.
Signos en el suelo.
Encontrándonos siempre
a destiempo.

viernes, 28 de agosto de 2009

Plaza de pájaros

Vuela el pajarito a la derecha.
Vuelto el pajarito a la izquierda.
Vuela la pelota la brecha.
Vuelta la pelota da vueltas.
El niño mira que mira
el cielo formando arcos.
Sea dicha su dicha,
sea aprendizaje el del niño
el poder salir volando.
Vuela la hamaca y se hamaca el vaivén,
sube un niño y otro baja a la vida.
Se desliza por un tobogán,
resuelto el niño persigue su par de alas,
por tanta cosa bella que quiera ser deseada,
por tantas huellas almidonadas
que se juegan en el aire.
La calesita,
sus nuevos ojos de perla
y qué de vueltas
da el mundo inquieto,
desde su mirada desconocida.
Ojos de niño, tiempo de estrellas,
qué de vueltas, qué de ojos,
que buscan ya tantos nombres:
le saca el no a la palabra nominar,
mina todos los nombres,
imanta todos los mundos posibles,
le pone sí al adverbio ya,
y se trepa a la silla para ver
la alegría de más cerca,
y mirando siempre a lo alto
se pregunta:
¿cómo se llama cuando no quiero dejar de abrazarte?
¿cómo se dice la dicha que siento al volar por los aires?
¿cuál es el color, ese que brilla en el cielo cuando se hace de noche?
¿cuándo es mañana?

miércoles, 12 de agosto de 2009

Chacarita descalza

Aturdido pero calzado
con una esquina remendada,
el zapatero Zapata
le chifla a José,
quien guiña un ojo de ceniza
(bruma de metralla prendida al aire).
José pasa, rodando en su silla,
que suena a apocada moneda de lata.
Zapata sus remiendos trabaja
con zurcida mano de cuero
y los pinta con su sangre hecha pomada.
Pisa el asfalto en su puesto
o cajita de lata descalza,
porque ha quemado las suelas de su alma,
en su hogar que son todas las calles.
El zapatero orgulloso
niega lustrar zapatos azules,
pone su oficio a los pies de pobres caminantes.
Palomas de hollín acompañan el vuelo de hilos
sobrevolando las calles agrisadas.
Un candombe hace un xilofón con lápidas
retumbando el encierro de cripta.
Chacarita huele a flores muertas
en los zapatos de Zapatero.
La gente amasijada trajina
agrupada a empellones sonámbulos.
El negro conmueve
el cuero con sus manos.
Una morocha repica
caderas al aire.
Pero la ciudad
(barniz de rocío)
suspira sobre hombres
que se acementan en estatuas.

martes, 14 de abril de 2009

Altamarea

Hacia el soñar timonel
Hendidos seamos en alta marea
Ya en hora
ya
Pleamar
Mar plena
Que las velas nos
Velan
En la noche
Que nos mece
Y se estremece
Hoy que la noche
Almar se parece
Que los dioses en contra
En cambio no mecen
nada
Que los dioses laten en cada quien sangre

Dicen que en los sueños
Uno tiene algo de brujo
Que cada cual es la pizca
Que le falta a cada porqué
Y no hacen falta
Ya las respuestas
Desde que sólo sabemos
Preguntas
y faltas desfaldadas

Y dicen que además
En los sueños
Otros ojos del ser
Nos sorprenden
Siniestros ajenos
Enfrentándose
A uno mismo

-aunque en el paraje del sueño
el icono siente
y conciente
a que nada
realmente se
entienda,
¿me explico?-

siendo
sol y hombre
quemándose
en el desierto
quebradizo
de la sesera

asimismo
siendo
condenado y verdugo
matando y muriendo
a si mismo

y allí
entre tormentas de arena
los ojos de pronto se aclaran

(en silencio)

y late
el corazón late
y la mirada se hincha
y el cuerpo se calma
se aquieta
y
despierto ahora
soy
lo que perdura
dejando de existir
el resto
me evade
inundándome
lo que queda

miércoles, 4 de marzo de 2009

Mujeres

Las mujeres que tendré
tienen bonitos ojos de gato
donde podré ver
cada tantas lunas
el reflejo distante
de las mujeres que perdí.

La mujeres que perdí
en algo se parecen
todas siguen amándome
entre nubes de almohada.

Las mujeres que tendré
en algo se parecen
todas son posibilidad y sorpresa
un regalo ansioso aún envuelto.

Las mujeres que perdí
en algo se distinguen
se llevan disparejos pedazos de mí
dejándome algo como nacimientos.

Las mujeres que tendré
en algo se distinguen
cada cual tendrá un final,
una palabra escondida
para llenarme de signos
el texto que late
insigne en el cuerpo.
Querer de perros

quiero que me quieras
con un querer de perro
quiero caricias peludas en el lomo
ya más suaves hacia el pecho
que te dejes lamer y gustar
que me calmes el rabiar así
como perro
la manada gruñe alocada
aunque no es por influjo de luna
es por los líderes que no lideran
buscan su propia comida y no comparten
dejan despojos con los que los pobres
perros
nos alimentamos
y eso nos menta la madre perra
o país que decrece hacia los sures
de américa madre
que no tiene ni leche en sus cansadas tetas
bronca de perro nos queda y aullidos
la psicología no ayudó ni a su padre
y el capital sólo es un libro en tomos por entregas
una iluminada ficción de exilios y muertos
una oscurecida verdad de tripa desgarrada
por nada o por todo, no se
cómo luchar, en dónde, con qué dientes
contra qué perros
los padres de la revolución no pudieron padrear
no los dejaron los idiotas cobardes y avaros
que también una vez dijeron sin significar nada
porque el que significa muere solo como perro
como che padre perro muerto de una muerte cobarde
solo en bolivia
como perro

jueves, 26 de febrero de 2009

La isla
Mi cuerpo:
¿Una isla despoblada?
Sin llanto sin lluvia
sin sonrisas sin sol.
Dueño de un submundo de palabras silenciosas, insignificantes.
Sin pájaros que traigan mensajes de otras tierras, de otros cuerpos.
Náufrago
en una tierra extraña:
mi cuerpo.
La patada

make your way through the universe
afinado en el lugar incorrecto
siempre vas donde no podés
despejás un nuevo camino
barrés las calles a patadas
tiros oblicuos de semáforos y automóviles

y una manifestación de hombres parece ignorarte
y dan ganas de destrozar canales de televisión
de abrir el cielo para las radios
de estremecer la ciudad desde su raíz de túnel
hasta su cielo metálico roto de cuerdas

y las únicas voces que te acompañan
son las calles ensimismadas
donde nuestros pasos
retumban sin huellas
y nuestras manos se borran:
son fantasmas
que no se reconocen
Apenas penas
¡Valió la pena!
¿Valió el temor, la congoja, el frío del alma?
¿Valió tu risa callada, tu presencia ensombrecida?
¿Valió la humedad, el aguacero en tus ojos?
¿Valió tu tristeza asfixiante, borracha para sentirse menos triste?
¿Valió la pena?
Nada vale la pena, ni la tuya, ni la mía, la de nadie…
Vale el coraje de apagarla
vale tu enojo contra el desencanto
tu poder de evocar lo sencillo en lo presente
el trabajo para desarmarla
y rearmar sonrisas de a pedazos
urdir la palabra justa
el adjetivo más valiente
vale que a veces seas vos quien se quiebra, vale
que necesites de palabras ajenas
de otras voces y de miles de cantos
vale que le grites al mundo cuando te duele
y que un fresco viento seque tus mejillas
para que tus labios se abran como brazos y tu rostro
sea un gesto amanecido.
Vale la actitud humana cuando crea
cuando transforma su búsqueda en encuentro
y hace de ese encuentro un intercambio,
cuando reconoce en el otro esa búsqueda,
cuando es el otro el encuentro, aquel intercambio.
Así el valor es coraje —en cantidades suficientes—
de decir y hacer cuando a las penas
no se les da el valor necesario.
Razones
El animal enjaulado
es sin duda
el hombre
sin dudar
su razón.

lunes, 16 de febrero de 2009

Sobretodo

sobre palabras tiro estas hojas
la humedad del día
parece filtrarse sobre el papel
sobre los ojos de la gente
también de nubes húmedos
sobre todas las cosas
que fueron quemadas por soles de ayeres
sobre la piel del cielo
bajo los pies
de algún posible dios

sobre espejos dibujados con sonrisas y nombres
que declaran sus amores
que reclaman un reflejo
sobre otros textos
que hablan de esa humedeidad de siempre

sobre todo esto y aquello
un lago gigante se va formando
y cuando demos vuelta el mundo
nos zambulliremos en un nuevo cielo
Amistades
Como hemos cambiado
– tiempo –
amigos
se abrieron los cambios
desandándose los caminos
tantas huellas
desparramadas
amparándose
sobre nuestras preciadas
dif(h)erencias.
Anochecer
Luna echada suspiró tranquila
mansamente empanzada en la montaña.
Despertando azulada y profunda
contra el blanco persistente del día.
Echó a volar a cielo traviesa
duplicada en un nado silencioso.
El cristal del río
su piel aterciopelada raspó.
Siguiendo su camino andaban mis sentidos:
olores, sabores, naturalezas que encontrar.
Me alunizan los colores,
como fuentes manantiales de luz.
Me perfuman
el bosque
su madera húmeda enverdecida
sus irisadas flores silvestres
con abejas amamantadas
las piedras calientes del lago
y sus troncos de vida acuática
árboles que fueron sonajeros del viento
cáscara verde del monte
árboles que son ahora
esqueletos de elefante
bebiendo en las orillas
sus últimos eternos tragos.
Luna quiso vernos de cerca
zambullirse en el río
plancharse en el agua espejada
quiso bajar para comer los frutos dulces
en su soledad astral ser amada
contenida por el mundo
abrasada en un fuego nocturno
bajo la danza ritual de los álamos.

lunes, 9 de febrero de 2009

La chica rota
Decía que algo le faltaba. Decía que le lastimaba lo que amaba y que desamaba lo que bien le hacía.

Micro corto relato
Soy una cueva, habito en los ecos que te llegan entre mis sombras.
Nicolás Pazos
Tristango
“Me quiero morir” rezongó melancólico. Con él su pena colgaba suicida del balcón. Una saudade dorada y voladora fue a posarse en la baranda –rayando el cielo como pájaro-. Y sucedió el derrumbe. Desplomado rompió el balcón, como acantilado sobre un mar de huesos.
Nicolás Pazos

viernes, 30 de enero de 2009

Chica tímida

¿Me das un beoso, un beso gigante y peludo, violento y lleno de mieles?


Nicolás Pazos
Julieta y Romeo, new age
El amor se puede decir y hacer en tragedia, es una de las dos caras de su moneda y quizás aquella, la única romántica. Es el caso de esos dos enamorados que amaron mortalmente penetrados y envenenados de amor. Es el caso de la pequeña muerte donde los amantes acaban, terminan, se concluyen en un último espasmo de amor. Mi novia se llamaba también Julieta –sin intención de homenaje– y yo le dije –Julieta, querida, amada mía, desde tu balcón sabé, que yo no voy a terminarte nunca pero espero que siempre nos acabemos, bien amados y aventurados mi bién. –¿Me viste cara de Romeo Julieta?– le dije a mi Julieta­. Yo moriría simbólicamente por ti cuantas veces quisieras. –Pero vamos­­– le espeté a la Julieta, –el amor se sufre o se goza, pero nunca nadie murió realmente de amor, lo que murió hoy en día parece que es esta clase de amor, lo que hoy queda es un amor arrabalero, un amor matrero que toma lo que le sirve y ya, carnea al bicho que encuentra y muge como vaca llena de pasto y de sombra. Pero mi Julieta tenía los ánimos del personaje, que le venían con el nombre como estigma y se mató ayer con venenos de mi amor. Y yo, admirado por el gesto de mi Julieta, me quebré en mil pedazos saltando desde su balcón. A ustedes les pido que respeten este, mi epitafio, que dice: “amó, tuvo y partió, bien conjugado, trágico y romántico como en la primaria le enseñasen”.
Nicolás Pazos
Acaramelados

Lara me lame la mera cara

mea la rama y ladea la cola

cena una rana y ladra a la lora

da alados ramos al sol

ara la arena y mara en la mar

los dos doramos un amor de can

descarados nos andamos a camello

asolados por amarnos por cada lado

sólo leemos en las manos la no soledad

Nicolás Pazos
Como un solo querer

Su inmensa forma de P mayúscula
letra para tanta Palabra.
Aunque si Pienso en describirte
mi Reyna y ciudad
te doy solo algunas,
que te hagan justicia:
Pisacabezas, Piadosa Payasesca,
Penúltima Pomposa, Purísima Puta,
Putísima Pajarraca,
Peligrosa Promesa,
Prometido Pejerrey autoProclamado,
Provincia de comPadre Pendenciero,
Perezosa Porteña, Plumero rePleto de Polvo,
Pleno emPlaste de Personas
Pero a veces también:
Prendida Luciérnaga grisLunar,
Pasajera nocturna de mis noches,
Paraíso de plazas y artistas,
Piso altísimo Pisando el cielo tan cerca
y tan aPlastado,
Pitonisa de Pensión,
Poema con alma de tango,
Palma de un País Pobre,
Pueblo de Puro Potro emPotrado.


Nicolás Pazos
Delirio apalabrado

Elijo algunas cuantas palabras
y hago de ellas esta etimología
quizás errando un tanto los sentidos
sin fe de erratas
con la creencia en el azar
que roe el tiempo y el espacio
para desgajarle posibilidades

La palabra horizonte
es ancha como un rinoceronte
y se amarilla a veces
contra la sabana africana

La palabra cereza suena
como si toda la ser se le erizara
crisposa y agridulce

La palabra comadreja
tiene una pausa rabiosa
quizás ande coja la pobre

La palabra ombligo parece
muy centrada y narcisista
y sin eme me dan danas de borrarla

La palabra ciclista es redonda
nos insta al movimiento perpetuo

La palabra sandía
lleva el sonido ingles para el sol
y el tiempo que dura su brillo

La palabra nunca es horriblemente determinante
suena a quimera a mera prohibición

La palabra siempre es humanamente nostálgica
como la palabra muerte o vejez o trascendencia

La palabra torcaza suena a pajaricidio

La palabra chaleco como la palabra frac
suenan ampulosas como catedrático

La palabra camisón suena a ritmo casero de colchón
a te de tilo y desencanto, a son de cama agotado sin tambor

La palabra prestidigitador me suena prestada
a trampa a ilusión, nada agitadora
como su hermana Juglaresca

La palabra esperanza suena a espera con panza
a gorda sentada y vencida,
a veces hay que levantarla de sí misma
para que la pobre por fin sea posible
Las palabra puede evocar tantos recuerdos
como amapola que es hermosa y me trae
a mi abuela la Pola
que regaba la vida como el sol
y con sus palmas doraba
mi cabello castaño
mi abuela ella misma era una flor
Hortencia en verdad se llamaba
por lo que era también una huerta
y amaba como la tierra sabe amar a sus flores
El viejo Al Zheimer

- Yo tuve un carnaval de ojos negros
muchas mujeres así
bonitos ojos esos
en esto me parezco a mi viejo
juguetones los ojos negros
cabrones arrabaleros
¿qué buscan acá?
¿de qué estamos diciendo?
mi viejo así doblaba las servilletas
las camisas
hablás gansadas vos
que linda que estás hoy nena
¿me rascás la espalda?
nadie sabe hablar acá
¿quién anda atrás?
ese loco de mierda
a esta mesa le falta
los bordes las manos los manteles uñas
yo era carpintero sabés
mirame las manos
podés leerlas si querés
tengo pis en la bragueta
crueles mentiras que se dan como pan duro
que picoteamos como palomos ciegos
de mis hijas sos la más linda vos
la que más a mi se parece
muchas cosas sí
de recuerdos
¿qué se yo a mi me preguntás?
yo me voy a casa
¿qué mira esa loca?
ah que linda estás hoy nena
vení
adiviná
hoy no me encontré en el espejo
¿Quién soy?
Un reflejo
tuve muchas yo
ojos negros
yo no cumplo años hoy
¿vos qué sabes?
así no se dice
faltan más sillas
corré la mesa
así no entra la gente
hola nena que linda estás hoy....

- Te quiero mucho papá ¿sabés?

Nicolás Pazos
Un Naranjo para Teté

Sin ti no se que hacer con el mundo Teté, lo pruebo como siempre pero no contiene aquel gusto, sin hambre, dónde escondiste mis ansias o cuando las descuidé o las perdí para mí. ¿Te acordás de nuestro Naranjo? Hoy lo vi y sigue tan hermoso Teté, lleno de ombligos anaranjados, pero sin pulpa abrillantada. Sin ti las noches alucinan y mueren de espanto y los días se derraman sobre nosotros con forma de nube o de barquito hundido. La orilla de nuestra sangre ha desaparecido y no sé que río se llevó nuestras aguas, nuestros sonríos, no lo sé Teté, pero te juro que voy a nadar hasta encontrarlo y beberlo todo de un trago o ahogarme naufragosamente en ti o en otro río o mar o lago o vida o sueño que me devuelva el sabor que lo perdido evocaba en el alma de mi boca.
Nicolás Pazos
Inspirado en “Un Ciprés para Totó” de Sabrina Dominguez

martes, 20 de enero de 2009

Sueño anaranjado

Ya ni pensaba en vos
y a vos se te dio por pensarme

Me nombraste como si
sobre todos el tiempo no hubiera pasado

Me hiciste sonreír con ojos
y llorar de alegría a plena voz

Esa noche soñé un gran naranjo
en el centro de un jardín

Si presagio o anuncio de tu dulzor fue
la fruta más sabrosa el gajo más perfecto

Quise vivir definitivamente en ese árbol
en esa piel anaranjada y porosa
perfumada y frugal
como tus senos derramados
Canto germinal

A ver a ver
¡Corazón!
tus caderas
cuán toreras
se hay puesto

Mujer cuchillera
que me cortás
la cara
con el filo
de tus piernas

Que giman
los poros
puestos
y expuestos
a este infinito
big bang

Como cantar
desde dentro
adentrados
y sin texto

Improvisar
los besos
los últimos
versos fueran
como si

Animalicemos
todo acto
tacto todo
nada intacto

Cambiemos
los trajes
por sábanas
y pájaros

Seamos los días
de un nuevo
calendario
hoy el mundo
empiece

Hilvanemos
tiempo sin agujas
sin relojes
como jaulas

Que los cucuces
picoteen relojeros
que las campanas
suenen
a toda hora
a todo canto
Acaracolados

recojo de la playa un caracol enrulado
dentro del caracol se espirala la caracola
dentro de la caracola hay un navío
dentro del navío se enola la mar
dentro de la mara cantan las sirenas
dentro del canto se marea el vaivén
dentro de mí adentrada
–de estrellas salpicada–
yace infinita, la playa
ensoñada
soliándose.


Chica barrilete
Parecía una bailarina de circo o de calesita, incluso de cajita de madera. Orbitaba como un trompo por mis alrededores y me regalaba un beso circular por cada vuelta. En el supermercado, la mañana que la conocí, todos al verla sonreían y Marcelo, el chino, y Zu, su mujer, bailaban al compás de su silueta.
¡Ay, si la vieran amigos armando esos remolinos de bolsas y cabelleras!
nicolás pazos
Contando los sueños
Una oveja saltó la valla y otra oveja la valla saltó. Al revés lo hizo la tercera, volando plumífera a mi almohada. La alimento con margaritas de rocío y murmullos de aire.
nicolás pazos
Esquina roja
Mujer por elección. Ni por cuna ni alcurnia. Nacida hembra en vestido de hombre, Clara devino gran mujer, más que muchas otras. Con humor y estilo destila calles oscuras con sus tacos altos de piernas agujas, a pesar de tantos usos y abusos ella marcha con el orgullo y el maquillaje intactos.
nicolás pazos
Micromanías
¿De dónde salen estas pequeñas cositas que se me amontonan? Son como cuemas, como poentos. Lo más lindo es que no tienen nombre y pueden cambiar cualquier forma. Tengo que sacarlos de mí porque adentro se me inquietan, se me aprietan contra la frente en multitudes murmurantes. Si los guardo mucho rato y de pronto me descuido, se me escapan por los pestañeos, por las sonrisas, por debajo de las uñas. Resolví, que una vez por semana, iba yo a juntarlos entre mis manos, bien apretaditos y les daría alas y gestos de pájaro, para que volasen a donde quisieran, ya bien lejos de mis entrañas.
nicolás pazos