Quien no llena su mundo de fantasmas,
se queda solo.
Ricardo Porchia
me gusta la idea de los fantasmas
la incertilumbre de su ausencia
la imposibilidad de su abrazo
sombras parcas, tenaces, nuestras
humanos
fantasmas
el viento, la niñez, el tiempo
los espejismos y el horizonte
mi espíritu y mi cuerpo inventado
son fantasmas
lo que quedó fuera del libro
todo lo impronunciado
mi genealogía
la muerte propia y la vida prestada
es un fantasma
la ropa incorpórea
una gotera en una casa de chapa
el chirriar de una puerta
todos los versos perdidos
y los sueños que nunca inundan este lado
son fantasmas
la tenue luz de los faroles doblados
lo que no entra en la boca de una mirada
el polvo de los caminos que no pisamos
mi sombra que no envejece
el fósil de una huella
una película velada
es un fantasma
todo lo que reproduce la técnica
un disco, un libro, un clon, un espejo
una fotocopia
tu sonrisa
un abrazo
son fantasmas
las viejas fotografías
los secretos nunca contados
las cenizas de un incendio
un recuerdo de algo que nunca vivimos
la voz de alguien querido
hace tiempo
olvidado