domingo, 30 de agosto de 2009

Salud

No, no te vayas no,
que tengo todavía
algo que decirte.

Vení, acercate acá,
escuchame un poco:
nos debemos unas
cervezas rojas,
unas palabras caseras
ya sin casa,
ni cama, ni calma, ni miel.

Sabe algo:
sabe que tengo unas ganas locas
del corazón arrancarme
y darle al mundo algo de mí,
algo que me lleve y
lleve mi nombre,
algo que las penas valgan
y se despenen un poco,
las pobrecitas.

Sabe que afuera el mundo late
y su corazón es una rueda:
ponete a girar con él,
yo ya estoy girando.

Y sabe más:
¡sabe a naranjo che!
Sabe que sós libre,
si libre querés ser
o crees serlo.

Yo te quiero y
me quiero alegrar con vos,
si te cruzo en la rueda.

Yo principio, vos fin.
Principio vos, fin yo.

Buscame si querés,
perdeme:
que me encontrarás
no se si alcanzándome.

Alto brillaremos.
Signos en el cielo.
Brújula y estrella.

Bajos brillaremos.
Signos en el suelo.
Encontrándonos siempre
a destiempo.

viernes, 28 de agosto de 2009

Plaza de pájaros

Vuela el pajarito a la derecha.
Vuelto el pajarito a la izquierda.
Vuela la pelota la brecha.
Vuelta la pelota da vueltas.
El niño mira que mira
el cielo formando arcos.
Sea dicha su dicha,
sea aprendizaje el del niño
el poder salir volando.
Vuela la hamaca y se hamaca el vaivén,
sube un niño y otro baja a la vida.
Se desliza por un tobogán,
resuelto el niño persigue su par de alas,
por tanta cosa bella que quiera ser deseada,
por tantas huellas almidonadas
que se juegan en el aire.
La calesita,
sus nuevos ojos de perla
y qué de vueltas
da el mundo inquieto,
desde su mirada desconocida.
Ojos de niño, tiempo de estrellas,
qué de vueltas, qué de ojos,
que buscan ya tantos nombres:
le saca el no a la palabra nominar,
mina todos los nombres,
imanta todos los mundos posibles,
le pone sí al adverbio ya,
y se trepa a la silla para ver
la alegría de más cerca,
y mirando siempre a lo alto
se pregunta:
¿cómo se llama cuando no quiero dejar de abrazarte?
¿cómo se dice la dicha que siento al volar por los aires?
¿cuál es el color, ese que brilla en el cielo cuando se hace de noche?
¿cuándo es mañana?

miércoles, 12 de agosto de 2009

Chacarita descalza

Aturdido pero calzado
con una esquina remendada,
el zapatero Zapata
le chifla a José,
quien guiña un ojo de ceniza
(bruma de metralla prendida al aire).
José pasa, rodando en su silla,
que suena a apocada moneda de lata.
Zapata sus remiendos trabaja
con zurcida mano de cuero
y los pinta con su sangre hecha pomada.
Pisa el asfalto en su puesto
o cajita de lata descalza,
porque ha quemado las suelas de su alma,
en su hogar que son todas las calles.
El zapatero orgulloso
niega lustrar zapatos azules,
pone su oficio a los pies de pobres caminantes.
Palomas de hollín acompañan el vuelo de hilos
sobrevolando las calles agrisadas.
Un candombe hace un xilofón con lápidas
retumbando el encierro de cripta.
Chacarita huele a flores muertas
en los zapatos de Zapatero.
La gente amasijada trajina
agrupada a empellones sonámbulos.
El negro conmueve
el cuero con sus manos.
Una morocha repica
caderas al aire.
Pero la ciudad
(barniz de rocío)
suspira sobre hombres
que se acementan en estatuas.